La industria fintech en América Latina ha experimentado un crecimiento vertiginoso en los últimos años, transformando el panorama financiero de la región a través de la innovación y la tecnología. En Iban Wallet, entendemos a la perfección este fenómeno y te ayudamos a comprenderlo sin términos complicados.
La cantidad de empresas fintech en América Latina ha crecido de 703 en 2017 a más de 3,000 en 2023, abarcando 26 países. Este auge ha sido impulsado por la necesidad de inclusión financiera y la creciente demanda de servicios financieros accesibles y eficientes.
Las fintech han sabido aprovechar la innovación y la tecnología para ofrecer soluciones financieras a personas y empresas sub-bancarizadas o no bancarizadas. En 2021, el 36% de las fintech en la región se dirigían a este segmento, pero para 2023, esta cifra ha aumentado al 57%. Este enfoque en la inclusión financiera ha sido una prioridad, lo que se percibe en la creciente demanda de los consumidores por servicios financieros más inclusivos.
El segmento de préstamos lidera la inclusión de personas no bancarizadas, mientras que el segmento de pagos y remesas se destaca entre las pequeñas y medianas empresas sub-bancarizadas. Estos servicios permiten a muchos acceder a financiamiento y realizar transacciones de manera más rápida y sencilla, contribuyendo al desarrollo económico de la región.
Además, la educación financiera es un componente esencial de nuestra estrategia, ayudando a los usuarios a tomar decisiones informadas sobre sus finanzas personales. La educación financiera es crucial en el ecosistema fintech, ya que empodera a los usuarios para manejar sus recursos de manera más efectiva y aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas disponibles. Nuestro blog financiero y otras plataformas educativas son fundamentales para cerrar la brecha de conocimiento y fomentar una cultura de ahorro e inversión en la población.
El crecimiento de las fintech en América Latina es un claro indicio de la transformación financiera impulsada por la innovación y la tecnología. A medida que la industria continúa evolucionando, las oportunidades para mejorar la inclusión y el desarrollo económico son inmensas, marcando el inicio de una nueva era en el panorama financiero de la región.
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